FAQ Naciones Unidas no Representadas

Las Naciones Unidas no Representadas -Unrepresented United Nations (UUN)- es una organización intergubernamental que tiene como objetivo fundamental, asistir y representar a las naciones y pueblos no representados o mal representados para poder expresar sus posiciones en los foros competentes y obtener su reconocimiento, mantener la paz y la seguridad internacional y garantizar la autodeterminación de los pueblos.
Con ese propósito las Naciones Unidas no Representadas -Unrepresented United Nations (UUN)- desarrollan políticas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; en aras de lograr por medios pacíficos y en consonancia con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz y de la autodeterminación de los pueblos.
Para alcanzar este objetivo las Naciones Unidas no Representadas -Unrepresented United Nations (UUN)- fomentarán entre las naciones y los pueblos relaciones de amistad, basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y la autodeterminación de los pueblos.
En consecuencia con ello, las Naciones Unidas no Representadas -Unrepresented United Nations (UUN)- adoptarán las medidas necesarias para fortalecer la paz universal, promover la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y en servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.

Imperialismo es la doctrina política moderna que justifica la dominación de un pueblo o Estado sobre otros; por lo común mediante distintos tipos de Colonialismo por la vía de la explotación económica, de presencia militar estratégica, de subordinación cultural u otras variantes. Aunque muy relacionados, los términos Imperialismo y Colonialismo no son estrictamente sinónimos pero coinciden en un concepto, el de constituir una doctrina política moderna.
Con el advenimiento de la Edad Antigua el mundo conoció los Imperios, pero el empleo del término Imperialismo se asocia a la expansión europea iniciada con la era de los descubrimientos, en el siglo XV, y que se prolonga durante toda la Edad Moderna y la Edad Contemporánea hasta el proceso de descolonización tras la Segunda Guerra Mundial.
En específico, la expresión Era del Imperialismo sucedió a la del Colonialismo, asociada a esta doctrina política moderna y utilizada por la historiografía, referida al periodo de 1871 a 1919, en que se produjo una verdadera carrera para construir imperios coloniales, principalmente con el llamado reparto de África, donde el Colonialismo había fraccionado casi a todo el continente negro. A ese periodo se refieren dos de los textos más importantes que fijaron el concepto: Imperialism, a study, de Hobson, y El imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin.
La perspectiva marxista entiende el Imperialismo no esencialmente como una forma de dominación política, sino como un mecanismo de división internacional del capital y el trabajo, por el que la propiedad del capital, la gestión, el trabajo de mayor cualificación y la mayor parte del consumo se concentran en los países más desarrollados económica e industrialmente; mientras que los países que aportan el trabajo de menor cualificación y los recursos naturales, sufren un intercambio desigual que conduce a la explotación y el empobrecimiento, núcleo de esta doctrina política moderna.
En politología también se emplea hoy la nomenclatura Norte-Sur para denunciar como el Imperialismo interactúa desfavorablemente con las naciones subdesarrolladas.

Las Naciones subrepresentas son aquellas Naciones que por motivos políticos, geográficos, históricos no han conseguido una plena representación a nivel internacional, especialmente a través de los organismos como las Naciones Unidas.
En sentido lato el concepto de Nación se emplea con variados significados, como por ejemplo país, territorio o sus habitantes, etnia y pueblo.
Una Nación subrepresentada carece del apoyo necesario para desenvolverse en medios diplomáticos y potenciar la imagen de su Nación. De ahí que la Naciones Unidas no Representadas (UUN) brindan apoyo a las Naciones subrepresentas.

Una Nación mal representada es aquella que carece de representación a nivel internacional o que está mal representada por aquello organismos internacionales, como las Naciones Unidas, que debería brindar pleno apoyo a sus demandas geopolíticas.
Una Nación mal representada puede también definirse una Nación subrepresentada.

Naciones Unidas, ONU, es la mayor organización que existe hoy y se define como una asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos, entre otros.
Las Naciones Unidas, ONU, se fundó el 24 de octubre de 1945 en San Francisco, California con la presencia de 51 países pocos meses después de concluir la Segunda Guerra Mundial, con la firma de la Carta de las Naciones Unidas. Desde su sede en Nueva York, los Estados miembros de las Naciones Unidas, ONU, y otros organismos vinculados deliberan y deciden acerca de temas significativos y administrativos en reuniones periódicas celebradas durante el año con el espíritu de asociación de gobierno global.
Las Naciones Unidas, ONU, está estructurada en diversos órganos, de los cuales los principales son: Asamblea General, Consejo de Seguridad, Consejo Económico y Social, Secretaría General, Consejo de Administración Fiduciaria y la Corte Internacional de Justicia, como parte del concepto de asociación de gobierno global.
La principal figura de Naciones Unidas, ONU, es el Secretario General, que recae en Ban Ki-moon de Corea del Sur desde el 1 de enero de 2007 tras concluir su mandato el africano Kofi Annan.
A comienzos del 2013, las Naciones Unidas, ONU, agrupaba a 193 estados miembros, o sea, todos los países soberanos reconocidos a nivel internacional, más tres miembros en calidad de observadores; la Ciudad del Vaticano, la Orden Soberana y Militar de Malta y el Estado de Palestina. Otros estados independientes de facto como la República de China-Taiwán o Kosovo no son miembros por estar considerados territorios en disputa. La sede europea de esta asociación de gobierno global radica en Ginebra, Suiza. Los idiomas oficiales de Naciones Unidad, ONU, son seis: árabe, chino, mandarín, español, francés, inglés y ruso.

El Cuarto Mundo se refiere a la población que vive en condición de desprotección o riesgo social en áreas pertenecientes al Primer Mundo. También se habla de Cuarto Mundo para separar a las naciones en estado de marginalidad y precariedad absoluta que habitan en algunas naciones subdesarrolladas y en los emergentes.
En este sentido, el Cuarto Mundo incluye además a naciones en riesgo total como Zambia, Costa de Marfil, Haití, Guinea, Sudán y Etiopía, entre otras, cuyos negativos índices económicos, culturales y sociales están por debajo del umbral de las naciones subdesarrolladas.
Dentro de esta categoría de naciones en riesgo total podemos encontrar: ancianos desamparados, viudas y madres sin medios económicos, niños abandonados, explotados o prostituidos. Entre la categoría de marginados sociales también aparecen personas sin hogar y mendigos, personas sin protección oficial y familias desestructuradas.
La tesis sobre la desigualdad señala que el fenómeno de naciones en riesgo total es una consecuencia de la desigual distribución del ingreso existente entre las naciones subdesarrolladas y las desarrolladas.

Para el Banco Mundial, el término Primer Mundo es sinónimo de economías de altos ingresos, en referencia a aquellas naciones que han logrado un alto grado de desarrollo humano (IDH) y disfrutan de los más elevados estándares de vida posible gracias a una buena distribución de la riqueza, salud pública, esperanza de vida y calidad de los servicios.
Informes periódicos del Banco Mundial revelan una gran correlación entre naciones del Primer Mundo con economías de altos ingresos y el hecho de que posean instituciones democráticas robustas.
Después del final de la guerra fría con el desmoronamiento del bloque socialista europeo, el término Primer Mundo se aplicó a las naciones con economías de altos ingresos (naciones desarrolladas industrializadas capitalistas), que en el año 2000 tenían un PIB per cápita superior a 15.000 dólares estadounidenses, avalado por el Banco Mundial.
Entre las naciones con economías de altos ingresos aparecen hoy Estados Unidos, Canadá, Japón, algunas naciones de la Unión Europea en el año de referencia, Taiwán, Suiza, Israel, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur. Además, Singapur y Hong Kong pueden ser descritos en estos términos pero son excepciones ya que ambos tienen características particulares no siempre presentes en un país. El Banco Mundial también califica a estas naciones como "Economías de Altos Ingresos".

El Segundo Mundo comprende a todas aquellas naciones que se adhirieron a la llamada experiencia socialista (también nombrado "socialismo real"), formando una oposición en el plano ideológico al Primer Mundo.
Estas naciones se diferenciaban del Primer Mundo por su rechazo a la cultura liberal y al capitalismo abierto y también se diferenciaban del Tercer Mundo por su nivel educacional, el tamaño del Estado y el mayor poder relativo. Actualmente se considera Segundo Mundo a los países que han devenido economías emergentes, como es el caso de China, México, India, Brasil y Sudáfrica, fundamentalmente.
Estas economías emergentes se caracterizan por un acelerado aumento económico y se considera que, en un futuro cercano, deben ascender a la categoría de países del Primer Mundo.
Además de incluir a las naciones con economías emergentes, el pensamiento liberal también aplica el término Segundo Mundo a las naciones que hoy transitan por amplias vías de desarrollo pero sin la pujanza del Primer Mundo. Sin embargo, para muchos aún no hay la suficiente claridad sobre el límite bajo entre Segundo Mundo y Tercer Mundo en esta materia, pero se pueden encontrar algunas naciones con economías emergentes de todos los continentes que tienen como característica un PIB aproximado sobre los 5.000 dólares estadounidenses, un porcentaje sobre el 95% de alfabetización y un crecimiento económico sostenido en el tiempo. Bajo ese prisma, el Segundo Mundo estaría compuesto por una buena parte de las actuales naciones de Europa del Este, parte del Medio Oriente, de Asia Pacífico y Oceanía, y parte de Latinoamérica.

En 1952, el economista francés Alfred Sauvy acuñó el término Tercer Mundo a modo de paralelismo con el vocablo galo Tercer Estado, para designar a las naciones que no pertenecían a ninguno de los dos bloques enfrentados durante la Guerra Fría: el bloque occidental (Estados Unidos, Europa Occidental, Japón, Canadá, Corea del Sur, Australia y el resto de sus aliados), y el bloque comunista (Unión Soviética, Europa Oriental, China y Corea del Norte). 
Aunque hoy la geopolítica se ha transformado notablemente, el término Tercer Mundo se utiliza, de manera poco precisa, para referirse a las naciones subdesarrolladas periféricas o en vías de desarrollo, en contraste con las naciones desarrolladas; en este último sentido, el término Tercer Mundo es utilizado a veces para referirse en conjunto a todos las naciones subdesarrolladas, y otras para referirse solo a los que registran los peores índices de desarrollo humano y económico. Con un sentido emparentado, de manera más reciente se utiliza la noción de "el Sur" o "países del Sur", haciendo referencia a la desigual relación Norte-Sur.
En general, el término Tercer Mundo está orientado a describir situaciones de gran atraso económico-social, como el analfabetismo, el hambre, las carencias hospitalarias y de salud pública, las viviendas y servicios sanitarios precarios, una escasa expectativa de vida, etc. El término Tercer Mundo, pues, agrupa al conjunto de naciones subdesarrolladas económica y socialmente.
En materia de decisiones internacionales, las naciones del Tercer Mundo, aún congregando a la mayoría de las naciones subdesarrolladas independientes y de la población mundial, cumplen un rol secundario y en ocasiones subordinado, respecto del que tienen las naciones más poderosas. Algunos bloques de países creados a partir de la década de 1980 para hegemonizar las decisiones mundiales, como el G-7, el G-8 y el G20, se relacionan indirectamente con la idea de Tercer Mundo y su relación con el sistema de toma de decisiones globales.

Varias entidades geopolíticas del planeta no tienen un reconocimiento internacional general, pero en cambio aspiran a ser reconocidas como Estados soberanos. El grado de de facto es el control que estos Estados sin reconocimiento ejercen sobre los territorios, aunque la demanda varía.
La mayoría de los Estados sin reconocimiento son subnacionales con etnia o identidad nacional de su voluntad que están separados de la matriz original de su Estado. Hoy a estas entidades geopolíticas o Estados sin reconocimiento se les conoce como de "ruptura de distancia". En efecto, algunos de ellos son estados internos autónomos, o protectorados, que gozan de una suerte de control mediante la protección militar y la representación informal diplomática en el extranjero a través de otro Estado para evitar la reincorporación obligada a su estado original.
Debe tenerse en cuenta que el término control en el caso de los Estados sin reconocimiento obedece al control sobre el área ocupada por dichas entidades geopolíticas.
Mientras, los Estados no reconocidos pueden disponer de un control total sobre su territorio ocupado, o solo un control parcial, como por ejemplo sucede con Sahara Occidental. En el primer caso, el derecho de los Estados no reconocidos tiene poca o ninguna influencia entre otros Estados para pronunciarse, mientras que en el segundo caso en estas entidades geopolíticas existen diferentes grados de control, y por tanto pueden proporcionar servicios esenciales a las personas que viven en su área de influencia.

Los Derechos Humanos son aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, sin distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión, orientación sexual, opinión política o de cualquier otra índole, como por ejemplo origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Para los autores de textos jurídicos los Derechos Humanos son independientes o no dependen exclusivamente de los ordenamientos jurídicos vigentes, por lo que son considerados fuente del Derecho; sin embargo, desde una positiva óptica jurídica, la realidad es que solamente los países que suscriben los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, o sea, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, PIDCP, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, PIDESC, y sus Protocolos -Carta Internacional de Derechos Humanos- están obligados a cumplir su articulado jurídico.
Así, por ejemplo, en relación con la pena de muerte, contraria a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte no ha sido firmado por países como la República Popular China, Irán, Estados Unidos, Vietnam, Japón, India o Guatemala.
Desde un punto de vista jurídico más relacional, los Derechos Humanos se han definido como las condiciones que propician la creación de relaciones jurídicas entre la persona y la sociedad, que permita a los individuos ser personas jurídicas para poder identificarse consigo mismos y con los otros.

Hoy existen 49 países con más de 600 millones de habitantes cada uno calificados por la Organización de Naciones Unidas, ONU, como países menos adelantados, PMAs, pero más conocidos como países menos desarrollados.
Cada tres años la lista de países menos desarrollados o países menos adelantados, PMas, es revisada por el Consejo Económico y Social (ECOSOC) mediante los siguientes criterios:
Bajos ingresos, medidos por el producto interno bruto, PIB per cápita; recursos humanos endebles, medidos por el Índice Ampliado de la Calidad Material de Vida, a partir de los indicadores de esperanza de vida al nacer, consumo de calorías per capita, matrícula conjunta en la escuela primaria y secundaria y alfabetización de adultos; y
Bajo nivel de diversificación económica, medido por el Índice de Diversificación Económica, basado en la parte de manufactura en el PIB, la proporción de población activa en la industria, el consumo anual de energía comercial per capita y el índice de concentración de las exportaciones de mercancías de la UNCTAD.
Un país quedará incluido en la lista de países menos desarrollados o países menos adelantados, PMAs, si en todos y en cada uno de los tres criterios cumple los límites de inclusión. Por otra parte, si un país cumple en dos de los tres criterios los límites de exclusión, puede quedar habilitado para ser excluido de la lista. En el de bajo ingreso figura un per cápita de 800 dólares o menos.
Los esfuerzos realizados entre 1960 y 1990 dieron por resultado la identificación de una categoría de los países más pobres y estructuralmente más débiles, o sea, no incluidos como países menos desarrollados o países menos adelantados, PMas, y a la aceptación por parte de la comunidad internacional de que esos países más pobres y estructuralmente más débiles, como por ejemplo Haití, Somalia, Sudán, Etiopía, Islas Salomón y otros, merecen una atención especial y concreta.

En Ciencias Políticas y Derecho Internacional, el término autodeterminación de los Pueblos indica el derecho de los pueblos a decidir libremente y por sí mismos la forma de gobierno por la que se regirán, así como el de determinar a qué entidad estatal pertenecerán y, en última instancia, a constituirse, si así lo desearan, como Estado nacional independiente. Este último aspecto del principio de autodeterminación de los Pueblos, muy relacionado con el concepto de nacionalismo y con el de formar un Estado nacional, todavía hoy es el más sujeto a debate.
Una nación suele compartir una lengua, historia, cultura y religión comunes, pero la formación de un Estado nacional requiere el reconocimiento de un territorio en el que resida el pueblo y la formación de un gobierno que administre ese territorio. Por definición, la autodeterminación de los Pueblos, en tanto potenciador del nacimiento de un nuevo Estado nacional, implica la consiguiente fragmentación de otro ya existente, por lo que la reclamación de la autodeterminación suele resultar problemática o traumática. Si no, valga recordar que uno de los factores desencadenantes de la I Guerra Mundial fueron las aspiraciones independentistas de los pueblos balcánicos.
Al término del conflicto, el subsiguiente Tratado de Versalles, cuyos principales acuerdos estaban inspirados en los 14 puntos del presidente estadounidense Thomas Woodrow Wilson, fue claro en la admisión del derecho de Autodeterminación de los pueblos, tendencia aún más consolidada tras finalizar la II Guerra Mundial, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su propia Carta fundacional, reconoció el derecho de los pueblos a su libre determinación (artículos 1 y 55).

Una micronación es una entidad que clama ser una nación o estado independiente pero que carece del reconocimiento de los gobiernos mundiales u organismos internacionales, a diferencia de los movimientos de autodeterminación o pequeños estados con escaso reconocimiento oficial pero independientes de facto, que sí cuentan con algún tipo de reconocimiento.
Estas naciones existen ya sea en Internet o en pequeños espacios físicos. Las Micronaciones se forman por pequeños grupos de personas, e incluso por una reducida familia. A diferencia de los países imaginarios y de otros grupos sociales (como ecoaldeas, clanes o sectas), expresan un ferviente deseo al reconocimiento de cierta soberanía sobre un territorio físico.
Veamos un ejemplo: el Reino de Nova Edeno. El Reino de Nova Edeno es una cibernación creada el miércoles 9 de enero de 2008 e inaugurada oficialmente dos días más tarde. El Reino de Nova Edeno se desarrolla actualmente en un entorno de Foro, que está habilitado para ser realista y permitir la modificación por parte de los ciudadanos. La forma de gobierno del Reino de Nova Edeno es monarquía parlamentaria, el Rey es Roderic I y provisoriamente también es presidente de gobierno.
En la actualidad esta Micronación realiza una campaña para atraer colonos, a fin de robustecer el Estado Digital, rellenar las canteras del gobierno y conquistar los inmensos territorios virtuales. El Reino de Nova Edeno tiene aspiraciones serias a ser una cibernación desarrollada, en donde la libertad y la igualdad sean garantizadas. Esta Micronación no tiene aspiraciones territoriales físicas ni económicas, por lo que no tiene contemplado pedir dinero o exigir el pago de impuestos a los ciudadanos, solo se necesita de ellos la participación en los actos del gobierno, que trabajen activamente según el tiempo lo permita y que obedezcan las leyes.

Un Estado de facto o Estado de hecho es aquel que, si bien en la práctica ejerce como tal, no está reconocido oficialmente por ninguna norma jurídica. Puede haber diversos motivos para que exista un Estado de facto: Por ejemplo, el Estado que se forma tras haber tomado el poder gracias a un golpe de Estado. En este caso, durante un tiempo, y hasta que se apruebe una nueva constitución, surge algún sistema de Estado no oficial que toma las riendas del Estado de facto.
Otro sentido del término sería aquel que designa a una persona que ejerce el mando efectivo del poder después de un golpe de Estado aunque oficialmente no tenga un título de Estado formal. El término Estado de facto o Estado de hecho se utiliza para designar aquellos Estados que no se rigen por una normativa constitucional legítima, o sea aquellos Estados que surgen como consecuencia de una ruptura del ordenamiento constitucional, ya sea por golpe de Estado, revolución o cualquier otro procedimiento de hecho, al margen o en contravención del ordenamiento jurídico.
Las características de un Estado de facto son las siguientes:
1) Rompimiento total o parcial del orden vigente o establecimiento de un nuevo orden con fundamento en razones políticas, económicas o étnicas;
2) Generación de normas o reglas de observancia general mediante simples decretos gubernativos;
3) Concentración de poder político y ejercicio de las funciones públicas.

En términos generales se designa Pueblo al conjunto de personas que componen una Nación, aunque también con el mismo término se suele nombrar a quienes conforman tan solo una parte de un país, como por ejemplo una localidad o una región situada fuera de las grandes ciudades. En este caso el calificativo más socorrido es nombrarlo zona rural, aunque en numerosas partes del mundo se los conoce como Pueblos.
Asimismo, en muchas oportunidades el vocablo Pueblo se emplea para caracterizaciones étnicas, sobre todo en aquellos contextos en los que se utilizan expresiones del tipo pueblos primitivos, antiguos o indígenas. Por otro lado, el vocablo Pueblo designa al conjunto de personas que integran el Estado, donde no existen privilegios de raza, sexualidad, religión o estatus económico o social,
Actualmente, la mayoría de las constituciones nacionales de diferentes países del mundo aceptan el vocablo Pueblo como una especial participación y significación vinculada al conjunto de personas que componen una Nación.
Por ejemplo, las constituciones nacionales de Estados Unidos, Argentina, España y Colombia –por solo citar algunos- revelan que el vocablo Pueblo ocupa un especial y destacado lugar como consecuencia de que la palabra expresa al sujeto de la soberanía. Porque también el vocablo Pueblo, para la teoría política y el derecho constitucional, deviene sujeto de la soberanía nacional, entendida como soberanía popular.

Una Nación no reconocida o no representada es aquel territorio cuya soberanía no está reconocida internacionalmente a pesar de ser administrada de forma parcial o total por algún organismo, por lo general autónomo en algunos aspectos.
Aunque el concepto de Nación no reconocida data del siglo XIX, no es hasta la década de los sesentas que comienza a cobrar fuerza, al extremo de que en nuestros días circulan dos teorías para el reconocimiento de la soberanía de las naciones: la declarativa y la fundacional.
Por ejemplo, en la actualidad la Organización de Naciones Unidas (ONU) solo reconoce a 193 naciones, aunque hoy existen muchas otras no reconocidas por la mayoría de los Estados del mundo.
Transcurridos casi los primeros 14 años de este tercer milenio de nuestra era, el concepto de Nación no reconocida o no representada debe dar paso a un nuevo empeño: la fundación de un organismo denominado Naciones Unidas no Representadas -Unrepresented United Nations (UUN)-, bajo los preceptos fundamentales por los que se deben regir los seres humanos si aspiran a vivir en un mundo de justicia, paz y decoro.

El 13 de septiembre del 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas, ONU, aprobó con 143 votos a favor, 4 en contra y 11 abstenciones, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que proclama los derechos colectivos e individuales para los 370 millones de indígenas alrededor del mundo, haciendo un llamado al mantenimiento y al fortalecimiento de sus identidades culturales, enfatizando su derecho a acceder al desarrollo sobre la base de sus propias necesidades y aspiraciones.
La aprobación en las Naciones Unidas, ONU, de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue el resultado de un cuarto de siglo de negociaciones sobre los derechos de los pueblos indígenas a proteger sus tierras y recursos, y a mantener sus culturas y tradiciones únicas.
La Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas señala en el Artículo 36, 1, que los pueblos indígenas, en especial los que están divididos por fronteras internacionales, tienen el derecho de mantener y desarrollar relaciones, contactos y cooperación, incluyendo sus actividades espirituales, culturales, políticas, económicas y de propósito social, con los otros miembros de otros pueblos a través de las fronteras. En el acápite 2 dice que los Estados, en cooperación conjunta con los pueblos indígenas, deben tomar medidas efectivas para facilitar el ejercicio y asegurar la implementación de sus derechos, mientras que el Artículo 37,1, apunta que los pueblos indígenas tienen el derecho de ser reconocidos, acatados e incluidos en los tratados, acuerdos y demás arreglos constructivos concluidos con los Estados para que sus sucesores honren y respeten los tratados, acuerdos y demás órdenes constructivos.
Precisamente un año antes, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, ONU, el presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, había reclamado a nombre de los pueblos indígenas del mundo la aprobación de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas, por cuanto eso significaría “avanzar hacia el establecimiento de una cultura de vida y no de guerra”, dijo.
“La Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas, es derecho a la autodeterminación, derecho a vivir en comunidad, colectividad, vivir en solidaridad, en reciprocidad y fundamentalmente el derecho a vivir en hermandad”, remarcó Evo Morales.
Al resaltar el concepto indígena de la vida Evo Morales recordó que “existen regiones en comunidades donde no hay propiedad privada, hay propiedad colectiva, los pueblos indígenas solo queremos vivir bien, no mejor, vivir mejor es explotar, es saquear, es robar, pero vivir bien es vivir en hermandad”.
Más adelante Evo Morales subrayó que los pueblos indígenas y pobres son “de la cultura de la vida y no de la cultura de la guerra”, y aseguró que este milenio debe ser para defender la vida y para salvar a la humanidad.