España y Francia podrían tomar experiencias de otros países plurinacionales como Canadá, Dinamarca y Reino Unido, donde sus gobiernos negociaron con los movimientos independentistas las condiciones de consultas acerca del futuro de territorios que tienen demandas de autodeterminación.
Reino Unido negoció con los independentistas de Escocia, Canadá con los soberanistas de Quebec; mientras, Dinamarca incluyó el derecho a la autodeterminación en Islas Feroe y Groenlandia.
Estas posiciones contrastan con las posturas cerradas de España sobre Cataluña y de Francia que no acepta sentarse a la mesa de diálogo con el nacionalismo corso.
En 2012, Reino Unido permitió que Escocia celebrara un referendo sobre la independencia de ese territorio. Los partidarios del no triunfaron en las urnas y lograron más apertura para el autogobierno y una reforma federal de Reino Unido.
Canadá es uno de los pocos países en mundo que aprobó, en 2000, una ley que reconoce el derecho de autodeterminación. Este mecanismo jurídico ha impactado directamente a las aspiraciones independentistas de Quebec. Dinamarca también reconoce el derecho a la autodeterminación de Groenlandia e Islas Feroe, sus territorios en el Atlántico Norte. Ellos cuentan con una amplia autonomía dentro del reino danés y, por ejemplo, no forman parte de la Unión Europea.