Crimea está localizada en la costa norte del Mar Negro y la costa occidental del Mar de Azov, bordeando Kherson Oblast desde el norte. Originalmente la región estuvo ocupada por los tártaros de Crimea, pero ahora estos solo representan un 12% de la población. Este notable descenso en el número de tártaros de Crimea que viven en Crimea es resultado de la expulsión forzosa hacia el Asia Central a que los sometió el régimen de Joseph Stalin, cuando el área formaba parte de la Unión Soviética. Después de la desintegración de ese país, algunos tártaros de Crimea regresaron a la región. No obstante, ellos siguen sin ser tratados en el área con igualdad y como ciudadanos libres.
Crimea es una república parlamentaria, gobernada por la Constitución de Crimea. Bajo el control oficial del Gobierno de Ucrania, la dirección administrativa del gobierno de la república está en Simferopol, una ciudad localizada en el centro de la península.
Los principales sectores de la economía de Crimea son el turismo y la agricultura. No obstante, los ingresos por la tierra han creado mucha tensión entre los tártaros de Crimea y otras poblaciones locales. Como resultado, los tártaros de Crimea enfrentan continuamente problemas con el desempleo, acceso a la vivienda y a la salud.
La Organización de las Naciones Unidas no Representadas (UUN) está completamente comprometida con la campaña pacífica para el reconocimiento de los tártaros de Crimea como la población indígena de Crimea, para que puedan recibir una total restauración de sus derechos, incluyendo su derecho inalienable a restaurar la autonomía nacional territorial de Crimea dentro de las fronteras de Ucrania.
La UNN cree que el gobierno de Ucrania debería proceder inmediatamente hacia la total restauración de los derechos de los tártaros de Crimea, de acuerdo con los principales universalmente reconocidos en la ley internacional. La UNN también promueve el compromiso de la comunidad internacional, especialmente la europea, con el proceso de restauración de los derechos de los tártaros de Crimea.
El Comisionado de Derechos Humanos del Consejo Europeo publicó un reporte, después de realizar una visita a Ucrania, donde alertó sobre la necesidad de aumentar la protección a las minorías étnicas. El Consejo también advirtió sobre los problemas de racismo y xenofobia que existían en el país y que sufren, particularmente, los tártaros de Crimea.
Desde su deportación, más de 270 mil tártaros de Crimea han retornado a Crimea. Sin embargo, las medidas adoptadas por el gobierno ucraniano para facilitar la integración y adaptación de los repatriados han sido insuficientes. Como resultado, los tártaros de Crimea siguen en una posición desventajosa. Por ejemplo, las cifras indican que hasta el 60% de los tártaros de Crimea están desempleados.
De acuerdo con la constitución de la República Autónoma de Crimea, los tártaros de Crimea tienen un “estatus de protección”. Esto significa que cualquier ciudadano tiene la posibilidad.